Carlos Diego de Mesa Gisbert[b] (Spanish pronunciation: [ˈkaɾlos ˈdjeɣo ˈmesa xis̬ˈβɛɾt] (listen); born 12 August 1953) is a Bolivian historian, journalist, and politician who served as the 63rd president of Bolivia from 2003 to 2005. As an independent politician, he previously served as the 37th vice president of Bolivia from 2002 to 2003 under Gonzalo Sánchez de Lozada and was the international spokesman for Bolivia's lawsuit against Chile in the International Court of Justice from 2014 to 2018. A member of the Revolutionary Left Front, he has served as leader of Civic Community, the largest opposition parliamentary group in Bolivia, since 2018.
Si bien la independencia norteamericana y los ideales de la Revolución Francesa influyeron en la emancipación, su influjo fue accidental y obró solo como estimulante en una sociedad cuya disgregación ya estaba en marcha.En 1808, Napoleón Bonaparte invade España y el rey Carlos IV abdica a favor de su hijo Fernando VII. En 1808 se reúne la Corte de Cádiz, que tenía una inspiración liberal y que intenta conseguir la adhesión de las provincias americanas, para lo que envía a Goyeneche a Charcas. El objetivo no tuvo éxito, así como las pretensiones de Carlota de Braganza que intentaba anexionar Charcas al Brasil. La misión de Goyeneche fue el detonante que produjo una inmediata reacción en los Oidores de Charcas y que precipitó el levantamiento de Chuquisaca en mayo de 1809, seguido inmediatamente por el de la Paz, en julio del mismo año, el cual fue duramente castigado.Después de las violentas represiones de 1810, Charcas queda en manos de las guerrillas por un lado y de los realistas por otro. Entre los guerrilleros hay que destacar la actuación de Juana Azurduy de Padilla en la zona de Chuquisaca, Warnes en Santa Cruz, y Lanza y los guerrilleros de Ayopaya en la zona de la Paz y Cochabamba. Hay un intento de liberar a la Audiencia desde Buenos Aires, pero los cuatro ejércitos auxiliares que se envían fracasan. A partir de ese momento el Alto Perú, actual república de Bolivia, queda aislada como reducto del poder hispánico hasta la llegada de ejércitos libertadores, y son solo las guerrillas las que mantienen la guerra. Por su parte, el ejército realista estaba dividido entre liberales y absolutistas, vale decir entre aquellos que acataban las directivas de Cádiz y los que se plegaron al rey Fernando que había optado por el absolutismo. En el primer grupo estaba el Virrey La Serna y el general Valdez, en tanto que Pedro de Olañeta era partidario del rey y del absolutismo.Esta era la situación en 1821 cuando Bolívar, después de las batallas de Boyacá y Carabobo, emprende su gran sueño: la libertad de América. Atravesando Colombia, llega a Quito encomendando su ejército al general José Antonio de Sucre, quien vence en Pichincha. En esta batalla estuvo el Mariscal Andrés de Santa Cruz.Después de la reunión en Guayaquil (1822) con San Martín, Bolívar bajó hasta Lima donde fue recibido con cierto recelo. El Virrey la Serna se había retirado a Cuzco. Es entonces que el general Pedro de Olañeta que controlaba el Alto Perú se rebela. Valdez va a enfrentársele; Olañeta se retira al sur, hasta Cotagaita, donde es asesinado. Con su muerte el camino a la Audiencia de Charcas, conocida entonces como Alto Perú, quedó expedito. El mismo año que muere Olañeta se dan las batallas de Junín y Ayacucho, y Bolívar decide enviar a Sucre para liberar el Alto Perú.Antes de su muerte, el general Olañeta había enviado a su sobrino Casimiro para conseguir refuerzo de armas, éste desvía su camino y sale al encuentro de Sucre. Ambos se encuentran en Desaguadero, ambos cabalgaron rumbo a la ciudad de la Paz, donde se emitió el decreto del 9 de febrero que pide que las provincias altoperuanas decidan su destino. Mucho se ha escrito sobre la influencia que pudo tener Olañeta sobre Sucre para que el decreto se emitiera en esta forma; en todo caso, Sucre vio a través de él el deseo de autonomía que tenían los altoperuanos.De acuerdo al decreto se eligieron los representantes para la Asamblea que tuvo lugar en Chuquisaca, la que estuvo presidida por Mariano Serrano. Olañeta participó en la Asamblea, la que por mayoría determinó que Charcas se separaba tanto del Bajo Perú (antiguo Virreinato) como de las Provincias del Río de La Plata (que con anterioridad habían formado el Virreinato de Buenos Aires). El acta se firmó el 6 de agosto de 1825.Bolívar había cruzado el desaguadero y las poblaciones en masa salían a recibirlo. El Libertador se dirigió a Potosí a cumplir su promesa de visitar el famoso cerro. Bolívar fue el primer presidente de Bolivia y durante su mandato promulgó la Constitución Vitalicia que fue derogada cuando el Libertador abandonó el país. En mayo de 1826, el Congreso encargó el mando de la nación al general Sucre. Durante el gobierno de Sucre se crearon, con base a las antiguas intendencias, los departamentos de Chuquisaca, La Paz, Potosí, Cochabamba, Santa Cruz y Oruro. Se confiscó parte de los bienes de la Iglesia Católica y expulsó a los miembros de las órdenes religiosas, con excepción de los franciscanos. Esta medida le trajo el rechazo de la iglesia y de los sectores conservadores; por otra parte, las tropas colombianas que aún se mantenían en Bolivia sin una función aparente estaban descontentas, llegando a sublevarse el destacamento de Voltígeros. Por otra parte, la manutención de estas tropas era muy onerosa para Bolivia.En el campo internacional, Perú se apresta para una guerra con Colombia por lo que le resultaba incómoda la presencia de tropas colombianas en Bolivia. Gamarra se aproximó a la frontera, ante lo cual Sucre arregló una entrevista con él, a su regreso sufrió un atentado en el que fue herido en el brazo. Gamarra entonces avanzó con sus tropas hasta Oruro; las tropas bolivianas comandadas por Urdininea y Blanco lograron detener a Gamarra y firman, en 1828, el tratado de Piquiza, el cual estipulaba la salida de las tropas colombianas de Bolivia. Sucre renunció al mando y abandonó el país quedando Pérez de Urdininea como jefe del consejo de ministros.Con estos hechos la república de Bolivia quedó, finalmente, en manos de los bolivianos.
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El gobierno de Daza coincide con uno de los momentos más dramáticos de toda la historia boliviana, el conflicto bélico del Pacífico desencadenado por los intereses expansionistas de Chile, la presencia mayoritaria de súbditos chilenos en nuestro territorio, la dificultad de vinculación de nuestra costa con el centro político económico ubicado en las alturas de los Andes, los voraces intereses del imperialismo inglés ligado a capitales y políticos de Chile y la sucesión de tratados que fueron aprovechados por Chile para sacar ventajas en la región. La decisión del gobierno de Daza -atribulado por una espantosa sequía y una epidemia de peste que azotaron el país y lo dejaron desabastecido- de imponer un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado, fue el detonante del conflicto. Chile apelando a un tratado de 1874 que eximía a las empresas exportadoras de todo gravamen, decidió la invasión de Antofagasta el 14 de febrero de 1879.Los derechos bolivianos sobre el Pacífico vienen de la etapa prehispánica, probada por la presencia de Tiahuanacu en el Litoral y la expansión incaica posterior. El virreinato del Perú definió claramente sus límites al sur en el paralelo 25 a la altura del Paposo (Valle de Copiapó). Este límite fue heredado por Bolivia como consta en toda la cartografía internacional de la época. La superficie del Litoral era de aproximadamente 120.000 km2. Si bien era parte del departamento de Potosí, tenía un estatus equivalente al de un departamento al tener su propio prefecto. Su capital era Cobija, pero sus centros más importantes eran Antofagasta y Caracoles. En el momento de la guerra su población aproximada era de 15.000 habitantes. Los productos fundamentales de la región eran el guano, el salitre y la plata, verdaderos móviles del conflicto.
El 26 de mayo de 1880, significativamente el mismo día de la derrota final de Bolivia en el Alto de la Alianza, se reunió la convención que cambió el destino boliviano. Hombres como Arce, Pacheco, Mariano Baptista, Severo Fernández Alonso, Nataniel Aguirre, Belisario Salinas o Modesto Omiste, aprobaron una nueva Constitución, la décimo primera del país, que en realidad era la ratificación, salvo un artículo, de la aprobada en el gobierno de Daza en 1878. Este texto marcaba la reafirmación liberal de la vocación de las elites. Conceptualmente individualista, mantuvo el criterio de los derechos y garantías de la persona y subrayó el derecho sagrado de la propiedad privada. Recuperó la figura vicepresidencial, incluyendo dos vicepresidencias y el sistema bicameral. Pero la trascendencia de la Constitución del 80 la determinaron los hechos. Ha sido la Constitución con mayor vigencia en nuestra historia (1880-1938), salvo las modificaciones puntuales de 1921 y de 1931. Esa misma convención eligió Presidente constitucional a Narciso Campero que hasta entonces ocupaba el cargo provisionalmente.
La guerra tuvo cuatro fases, la primera entre junio y diciembre de 1932, ambos países se preparaban para el combate en gran escala, fue la primera ofensiva boliviana y toma de los fortines paraguayos Toledo, Corrales y Boquerón. En Boquerón el Tte. Cnel. Manuel Marzana y 650 soldados bolivianos, escribieron una de las páginas más heroicas de nuestra historia militar, defendieron por más de un mes el fortín asediado por 11.500 soldados paraguayos, que finalmente tomaron el fortín defendido hasta el último aliento. La respuesta paraguaya fue la retoma de los tres fortines y las victorias en Arce y Alihuatá, apenas paliadas por la exitosa defensa de Kilómetro Siete bajo el mando de Bernardino Bilbao Rioja. Estos hechos forzaron a Salamanca, bajo presión popular, a llamar a Hans Kundt, general alemán que había estado varias veces en Bolivia, a quien le entregó el mando del ejército.SIGLO XX (1900-2000)La segunda fase de la guerra, diciembre 1932-diciembre 1933, fue de total ofensiva boliviana con la toma de Platanillos, Loa, retoma de Toledo, Arce, Alihuatá y el avance sobre Campo Jordán y Gondra. Su objetivo específico era la toma de Nanawa, el fortín defensivo paraguayo más al sur al que llegaron los bolivianos. En julio de 1933, 9.000 soldados bolivianos atacaron a 9.000 paraguayos en Nanawa sin éxito, con más de 2.000 bajas bolivianas. Entre agosto y diciembre de 1933 el comandante paraguayo Gral. José Félix Estigarribia contraatacó y retomó Campo Grande, Alihuatá y Campo Vía, este último el peor desastre militar boliviano en la guerra, con la caída de dos divisiones, 7.500 hombres con todo su armamento. Solo se salvó un destacamento de 3.000 hombres al mando del Gral. Enrique Peñaranda. Salamanca destituyó a Kundt y bajo presión de los oficiales en el frente nombró comandante en jefe a Peñaranda.
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